Es una de las magnitudes macroeconómicas que más alegrías da al país. Las exportaciones, clave para la supervivencia de muchas empresas durante la crisis y un deber que otras tantas ya se autoimponen para competir en la dictadura del mercado global, volvieron a crecer en febrero y ya en los dos primeros meses del año alcanzaron los 555,6 millones de euros en la provincia de Burgos. Un incremento del 8,8% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior y determinante, junto con el descenso de las importaciones, para conseguir que el saldo comercial alcance un superávit de 186,2 millones. Un 47,6% más que en idénticas fechas en 2015.
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