Después de seis meses de intensas negociaciones, el Grupo Antolín cerraba la pasada semana la operación más grande de su historia, la adquisición por cerca de 500 millones de euros de la división de componentes interiores del automóvil de Magna Internacional. El acuerdo con la multinacional canadiense, que aún requiere de la aprobación de las autoridades de la competencia, no solo duplica el tamaño de la empresa de la familia Antolín y la convierte en el tercer operador mundial de este sector con un 12% de cuota de mercado, sino que tendrá una importante repercusión para Burgos.
La cuna del Grupo fundado por los hermanos Avelino y José se potencia como referente industrial de primer nivel en el ámbito nacional e internacional, se verá reforzada «a medio plazo» con la contratación de más ingenieros para su centro de I+D+i de Villafría y, tras años aparcado en un cajón, la compañía reconsidera el proyecto de volver a construir una fábrica en la ciudad, aunque será en un plazo de tiempo más largo y condicionado a los pedidos de nuevos componentes que logre con sus clientes españoles en los próximos años.
Ernesto Antolín, que hace apenas dos meses tomó el relevo de su tío José al frente de la compañía, se mostraba esta semana muy satisfecho con una adquisición que se realiza en el «momento adecuado» y que se ajusta a su objetivo de construir un grupo industrial «más grande», «más solido» y con «empuje global», pero sin perder sus raíces: la propiedad 100%familiar (insiste en descartar la salida a Bolsa de la que tanto se ha especulado en los últimos años)y una cultural empresarial basada en la innovación permanente y la internacionalización.
Acompañado de María Helena Antolín, vicepresidenta de la multinacional; José Manuel Temiño, consejero delegado, y Jesús Pascual, director de Operaciones, el presidente revela que Magna decidió vender su división de componentes del interior del automóvil hace ahora un año y que negoció en exclusiva con el Grupo Antolín para cerrar una operación que, subraya, ha sido vista con «muy buenos ojos» en el complejo y competitivo mercado mundial del automóvil. La venta, financiada por un grupo de bancos coordinados por Deustche Bank, se ha cerrado entre empresas industriales con amplia experiencia en el sector, sin intervención de fondos de inversión.
Además de duplicar su tamaño -4.000 millones en ventas y 27.000 trabajadores en plantilla- y cubrir todo el mundo -con 161 fábricas en 27 países, reforzando su presencia en Estados Unidos, México, Alemania, Reino Unido y China-, el Grupo Antolín incorpora con esta compra a su negocio la fabricación de los paneles de instrumentos (los salpicaderos), adquiere nueva tecnología en el ámbito de las puertas (vinculada a los revestimientos blandos) y los maleteros, y se refuerza en el segmento de techos, donde es líder mundial.
Respecto a sus clientes, consolida su presencia en el selecto grupo de las marcas premium, como Jaguar-Land Rover, Porsche, Mercedes, BMW, Audi, General Motors, entre otras, que se suman al portfolio actual liderado por el Grupo Volkswagen, Renault-Nissan, Peugeot y Ford, entre otros.
«El acuerdo se podía haber alcanzado antes de que yo asumiese la presidencia, pero ha coincidido con el cambio generacional en la dirección y supone un empuje global para todos». En la mente del presidente está ahora en gran reto de integrar a dos compañías globales altamente complementarias, pero con dos culturas empresariales diferentes: más centralizada la de la burgalesa frente a la autonomía de gestión de los canadienses.

De entrada, explica el que será consejero delegado de la compañía a partir de julio, Jesús Pascual, en un plazo de dos años, lo que ha sido Magna Interiors se transformará en la quinta división del Grupo, la de paneles de instrumentos, que se une a las de techo, puerta, asiento e iluminación. Su sede estará en Munich (Alemania), donde se va a instalar el tercer centro de I+D+i de Antolín, que estará integrado por un equipo de cerca de 200 ingenieros.
Este centro, subraya Pascual, «es complementario con el de Villafría y lo potenciará a corto plazo…», lo que implicará la contratación de ingenieros cualificados con las nuevas tecnologías adquiridas por el Grupo, vinculadas a los paneles de instrumentos.
Además del de Villafría, donde trabajan 350 profesionales, y Munich, la compañía cuenta desde hace 15 años con otro centro de I+D+i en Detroit (Estados Unidos), con más de un centenar de ingenieros. En total, cerca de 900 titulados técnicos trabajan día a día en las innovaciones de esta compañía, que el pasado año destinó el 3,1% de los 2.225 millones de euros de ventas totales a I+D+i, un 20,7% más que en 2013.

  • Fuente: Diario de Burgos
  • Autor: R. Briongos-G. Arce
  • Fotografía: Alberto Rodrigo

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