En 2015, L’Oréal apostó por la transformación de su modelo de producción en Burgos, lo que supuso cambios como la creación de una central de biomasa para ser una planta neutra en emisiones CO2, optimización del proceso de limpieza del agua y vapor para la fabricación de los cosméticos o reducir los errores a través de una operatividad automatizada donde se trabaje con robots y digitalización de procesos.
50 millones de euros es lo que supondrá a la compañía realizar estos cambios en 5 años, cambios que ya se han comenzado en la fábrica que actualmente cuenta con 500 empleados y cuya producción aumenta un 20% al año.
Además, para el futuro también se espera conseguir los siguientes retos:
- facilitar la impresión digital de las etiquetas ya que actualmente tienen 8.000 referencias con destinos en todos los continentes y que han de adaptarse a cada área geográfica y al idioma
- flexibilizar el sistema de producción y aplicación de Big Data para tratar de anticipar las necesidades del mercado
Fuente: CorreoDeBurgos y BurgosConecta