La Universidad de Burgos en coordinación con el Centro Internacional de Investigación en Materias Primas Críticas (Iccram) lleva más de dos años dentro del proyecto europeo Icarus del programa Horizonte 2020, donde se busca la revolución de la tecnología de aleaciones destinada a aplicaciones en las industrias aeroespacial y aeronáutica y en el que participan 7 países y 11 entidades europeas.

El objetivo principal es el estudio de materiales fabricados con aleaciones nanoestructuradas, creando aleaciones ligeras y resistentes, capaces de soportar variaciones de temperaturas ya que el pensamiento es darles uso en aviones, satélites o cohetes.

Uno de los problemas cuando se habla de los materiales nanoestrucutrados es que no soportan temperaturas elevadas, ya que en el momento en que se calientan un poco pierden sus propiedades. Es por ello que este proyecto, Icarus, trabaja en proteger estas estructuras para que cuando entren en contacto con altas temperaturas, no se ‘fundan’ creando bloques más grandes y perdiendo sus cualidades.